Peter Anders: Señor Presidente

Las vacunas van llegando paulatinamente a nuestro país, de modo que el proceso de inmunización de millones de peruanos frente a la COVID-19, finalmente comenzó. Buen avance, señor presidente Francisco Sagasti, pues por fin  parece haber una luz al final del túnel.

 

No obstante, recuerde que el sector privado, que contribuyó en gran medida para que se concrete el acceso a las vacunas y sin cuyo concurso no hubiera sido posible iniciar esta etapa, puede y debe hacer mucho más.

 

Por experiencia, por compromiso con sus trabajadores, con el país y con el bienestar de millones de peruanos, el sector privado sigue dispuesto a apoyar todos los esfuerzos que se haga para enfrentar la pandemia, superar la emergencia sanitaria y salir de la crisis económica.

 

No insistir en el error

Reactivar de verdad

 

 

Esta disposición a ayudar, que incluye la capacidad de traer vacunas y ofrecerlas a quien se encuentre dispuesto a pagar por ellas, no es una posición mercantilista como algunos equivocadamente consideran. Es, por el contrario, una oportunidad para que el Estado destine todos sus esfuerzos y los escasos recursos con que cuenta, a atender a quienes verdaderamente lo necesitan.

 

El Estado peruano no tiene hoy la capacidad ni los fondos suficientes para vacunar lo antes posible a los 33 millones de peruanos, entre los cuales hay muchos que pueden cubrir el costo de una vacuna y con ello mitigar en gran medida la labor de ese mismo Estado. Los recursos que podrían ahorrarse permitiendo que los que puedan pagar la vacuna lo hagan, bien pueden destinarse a la compra de oxígeno, camas UCI y demás implementos para nuestros hospitales.

 

Es urgente, además, considerar que cuanto más rápido sea el proceso de vacunación, más pronto será posible iniciar la reactivación económica, de modo que millones de familias recuperen sus empleos y, con ello, su capacidad adquisitiva y el bienestar que perdieron.

 

Con una población mayoritariamente inmunizada se puede volver a generar puestos de trabajo, recuperar la productividad, dinamizar la economía y comenzar el lento regreso a la senda del crecimiento.

 

Hoy, señor presidente de la República, no es momento para mantener esa mirada negativa frente a lo que puede hacer el sector empresarial privado del Perú. La desconfianza, la ideologización, los intereses políticos y de campaña electoral deberían estar no solo al margen sino totalmente ajenos a este proceso de recuperación de todo un país.

 

Hoy no importan votos, ni encuestas, ni curules que conquistar, sino vidas humanas; las vidas de millones de peruanos que se sacrificaron con la esperanza de proteger su salud y que luego, con los meses, se vieron enfrentados al abandono, a la desidia y hasta a la cruel realidad de descubrir que vacuna hubo en el 2020… pero solo para algunos privilegiados que hicieron mal uso de su poder.