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Peter Anders: “El Gobierno no puede seguir perdiendo el tiempo en batallas inútiles”

¿Se puede interpretar que el cambio de gabinete ministerial significa una moderación del Gobierno del presidente Pedro Castillo?

No sé si podemos hablar de moderación. Es muy pronto para definir este nuevo gabinete. Lo más urgente es saber si ahora tenemos un gabinete ministerial que tenga definidos objetivos claros, específicos para el corto, mediano y quizás largo plazo.

 

Frente al desorden, caos, enfrentamientos y amenazas que dejó en su camino quien lideró hasta hace poco la Presidencia del Consejo de Ministros, lo que el país requiere ahora es un rumbo, un horizonte claro y una meta a la que aspiremos juntos a llegar.

 

El Gobierno no puede darse el lujo de seguir perdiendo tiempo y recursos en batallas inútiles cuando lo que tiene al frente es una grave crisis económica, una emergencia sanitaria que no termina de irse y un proceso de vacunación que, si bien marcha bien por ahora, comenzó muy tarde, con las consiguientes consecuencias trágicas que supuso esta demora.

 

Quienes día a día luchamos por sacar adelante el Perú necesitamos saber que nuestras autoridades, sobre todo quienes dirigen el país, trabajan con nosotros, trabajan para buscar el desarrollo y bienestar de todos los peruanos y no por una causa política determinada ni en favor de un grupo de políticos con ideas ya superadas en la mayor parte del mundo.

 

El Gobierno del presidente Pedro Castillo y el gabinete, presidido por la señora Mirtha Vásquez, deben comprender la enorme responsabilidad que tienen de sacar al Perú de la grave situación en la que se encuentra y, en ese sentido, priorizar las acciones que van a impulsar, dentro de las cuales obviamente una Asamblea Constituyente no es necesaria.

 

Los cambios siempre son necesarios, pero refundar la República y arrasar con todo lo anterior, incluyendo lo bueno, no es sano ni mucho menos necesario.

 

 

El Gobierno no parece tener en su radar a la inversión privada y ha dado muestras de ello. ¿Qué le diría usted al presidente Pedro Castillo sobre este tema?

En una  de las reuniones que tuvimos los gremios empresariales con el presidente Castillo, se lo dije directamente: debe impulsar la inversión privada porque es la única que genera recursos al fisco y fomenta el empleo formal y permanente.

 

Lo seguiré diciendo, aunque suene cansino porque pareciera que muchos se olvidan que los avances, éxitos y el crecimiento económico de las tres últimas décadas, que se explican no solo por una estabilidad macroeconómica del país, un manejo responsable de las cuentas fiscales y una política monetaria estricta a cargo de un ente emisor autónomo, sino también por el compromiso y desempeño de la inversión privada, tanto nacional como extranjera.

 

Somos muchos los empresarios y emprendedores comprometidos con el desarrollo, no solo de nuestras empresas o proyectos, sino con el Perú mismo y lo hicimos porque tuvimos un clima donde primó la predictibilidad, la estabilidad jurídica, el respeto a los contratos firmados.

 

Todo eso debe permanecer porque se ha demostrado que, sobre esta base, el Perú puede seguir creciendo para volver a ser “el milagro peruano” que permitió a millones de nuestros compatriotas superar la pobreza.

 

Los estragos de la inestabilidad política, la falta de rumbo, de liderazgo, la prepotencia, la carencia de cuadros profesionales preparados y hasta la terquedad respecto a un cambio de Constitución ya los tenemos aquí y en los primeros 70 días del Gobierno, con una devaluación constante de la moneda, un aumento de los precios en los alimentos y servicios básicos y una pérdida de empleos.

 

Mayor ejemplo de que esa no es la vía, no puede tener el señor Castillo.

 

 

Hay una visión muy estatista en el actual Gobierno y, en paralelo, un discurso anti empresa, aun cuando el presidente dice otra cosa en sus discursos. Frente a ello, se cuestiona al sector empresarial por no responder con mayor firmeza.

 

Nosotros respondemos, expresamos nuestra posición y en la Cámara de Comercio de Lima hemos sido muy críticos respecto a una serie de anuncios del Gobierno a designaciones cuestionables, y por supuesto que hemos enviado por los canales correspondientes y con total transparencia nuestras propuestas en relación a diversos temas en favor de los trabajadores, los empresarios y emprendedores.

 

Lo que no podemos hacer los gremios empresariales, y en general todos los peruanos, es no respetar la institucionalidad de nuestro país. Ya suficiente se perdió en los últimos años y creo que lo que hoy vivimos es resultado precisamente de no saber respetar nuestras instituciones.

 

La democracia que tanto decimos defender empieza por respetar a las autoridades elegidas, nos gusten o no, hayamos votado por ellas o no. ¿Qué esperan de nosotros? ¿Una invocación al caos, al desorden, a la vacancia? El empresario peruano está enfocado en trabajar, en producir y dar trabajo; en defender lo que ha conseguido hasta hoy en democracia y, que yo sepa, hoy seguimos en democracia.

 

Busquemos que las autoridades entiendan que mucho de lo conseguido en materia económica y para bienestar de los peruanos se hizo bajo un modelo económico.

 

¿Requiere cambios este modelo? Claro que sí, como todo en la vida. Podemos y debemos llegar a consensos para mantener lo bueno y cambiar lo que ha resultado o no ha permitido que más peruanos alcancen el bienestar que se merecen.

 

 

Si son posibles los cambios, ¿por qué no aceptar entonces un cambio de Constitución?

Porque no se trata de refundar un país, de ir redactando una Constitución cada vez que sube un gobierno.

 

Además, una facción del Gobierno cuestiona precisamente con una visión ideologizada la parte de la Carta Magna que define para el Perú un modelo económico de libre mercado.

 

Creo que en realidad se trata de eso: de eliminar totalmente este modelo para reemplazarlo por un sistema estatista, a pesar que está demostrado que el Estado es ineficiente, que registra elevados niveles de corrupción y que sirve de vehículo para pagar favores partidarios.

 

Un amplio sector del país no quiere esos cambios; lo que se quiere es un Estado que sea eficiente, que tenga capacidad de gasto de calidad y oportuno, que ofrezca servicios básicos a toda la población, que priorice la salud y la educación antes de inversiones públicas en obras que no benefician a todos o que solo sirven para generar consultorías inútiles.

 

Debemos hacer cambios, pero no tanto en las normas y leyes como sí en la manera de ejecutarlas; cambios en la administración pública para que, finalmente, se encuentre en manos de profesionales idóneos, y por supuesto, queremos cambios para que la corrupción sea erradicada.

 

Queremos cambios para que nuestros niños y jóvenes tengan un país más equitativo, que les permita acceder a la educación que por derecho merecen, un país que les brinde oportunidades.

 

¿Una nueva Constitución asegurará todo eso con el mismo Estado de siempre y, más aún, cuando ahora el sector público parece ser la mejor manera de pagar favores de campaña? Creo que no.

 

 

¿Cuál debe ser la agenda del Gobierno y del Congreso de aquí al próximo año?

Generar un clima de estabilidad política y jurídica para dinamizar la economía, generar empleo formal, atraer inversiones privadas, agilizar la inversión pública, garantizar que los peruanos cuenten efectivamente son servicios básicos y dar a la administración pública un manejo eficiente y transparente.