Crecimiento económico de 2,9 % proyectado para el 2020
El Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima analizó el crecimiento económico del país en la última década, dando además a conocer las expectativas económicas para el cierre de 2019 y el próximo 2020. Precisamente, en la presente década (2010-2018) el desempeño de la economía peruana se ubica como la de mayor crecimiento (4,8%) y menor inflación (3,0%), respecto al promedio anual entre los países de la Alianza del Pacífico (AP), incluso superando a economías de mayor tamaño como Argentina y Brasil.
Esta fortaleza macroeconómica, que ubica al país en el primer lugar en el Entorno Macroeconómico en el Reporte de Competitividad Global 2019 junto con otras 33 naciones, se explica por las sólidas cuentas fiscales, en donde el déficit fiscal y la deuda pública proyectada para el presente año alcanzan el 2,0% y el 26,7% del PBI, respectivamente. Además, en el frente externo, el déficit en cuenta corriente llegaría a 1,8% del PBI compensado con un superávit de capitales privados externos de largo plazo que llegan a alrededor del 3,3% del PBI. Igualmente, la economía peruana cuenta con un nivel de reservas internacionales (RIN) que alcanza el 27,7% del PBI.
Todo este conjunto de indicadores de crecimiento económico nos ubican con el menor riesgo país de la región. Los resultados obtenidos conllevan importantes avances en los indicadores sociales. Entre los años 2005 y 2013 la pobreza se redujo en 31,7 puntos porcentuales (p.p.); es decir 3.5 p.p. promedio anual. Empero, en el periodo 2014 y 2018 la reducción en total fue de apenas 3,4 p.p. debido al menor crecimiento económico. Así, en los últimos 14 años la pobreza solo aumentó en el 2017.
► 2020: ¿Qué esperar de los mercados financieros?
En tanto, en el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad en la distribución de ingreso, el Perú alcanzó un puntaje de 43,3 por debajo de Argentina (41,2) pero superando a Chile (46,6), México (48,3), Colombia (49,7), entre otros. El índice va entre 0 y 100 para indicar perfecta igualdad o desigualdad, respectivamente. Una mayor equidad en la distribución de oportunidades e ingresos se puede lograr con una eficaz política fiscal, a la par con impulsar importantes reformas estructurales especialmente en salud y educación.
Problemas a resolver
Sin duda, el principal problema de la economía peruana es el bajo crecimiento acompañado de una demanda interna debilitada. El PBI en los periodos 2012-2016 y 2017-2019 creció 4,3% y 3,0%, respectivamente. En tanto, la demanda interna se ha expandido a una tasa menor al producto en los últimos ocho años.
Parte de esta caída en el ritmo de crecimiento se explica por la baja performance de la inversión nacional. En el mismo periodo de análisis, la inversión privada creció a 4,2% y 1,9%, mientras la inversión pública reportó un avance de 2,2% y 2,8%.
Estos resultados, que se han venido manteniendo por casi una década, han reducido la participación de la inversión privada y pública a apenas 17,2% y 4,4% del PBI, respectivamente.
Como referencia, los países emergentes con altas tasas de crecimiento tienen una inversión nacional que supera el 30% del PBI. En el caso de la inversión pública se observa una caída sostenida en su porcentaje de ejecución del presupuesto asignado. Así, en el 2015 se utilizó el 78% de los recursos y luego este fue disminuyendo a 67,7% en el 2016; 67,0% en el 2017 y 65,5%, en el 2018. Y para este año los resultados serían peores, pues al mes de noviembre se ejecutó solo el 52,1%. Por ejemplo, los gobiernos regionales y locales utilizaron apenas el 45,4% y 49,7% de su presupuesto de inversión.
Con estos resultados en estricto rigor no se debería otorgar mayor presupuesto si no cuentan con capacidades de ejecución acordes. Esto afecta, además, la estabilidad política y social de dichas regiones, que se ven forzadas a gastar sin mayor control en los últimos meses del año y provoca malestar en la población porque no nota los avances en el cierre de brechas de infraestructura física y social.
Adversidad en la actividad empresarial
En los últimos cinco años, el Perú ha retrocedido 26 posiciones en el ranking del Doing Business. Hoy el Perú se ubica en el puesto 76° entre 190 países y en el último informe solo se ha mejorado en dos de los diez indicadores evaluados. Otra razón de la desaceleración en el crecimiento es la caída en la productividad total de factores (PTF). Entre los años 2016 y 2018, los resultados de The Conference Board muestran variaciones de -1,9%, -1,5% y 0,1%, es decir un crecimiento acumulado de solo 0,06% en los tres últimos años.
Esto se refuerza con el desempeño del país en el Reporte de Competitividad Global del WEF, donde retrocedimos dos posiciones (65°) en el 2019 respecto al 2018. Del total de 12 pilares nos ubicamos por debajo de la mitad de la lista de países, con resultados alarmantes en Instituciones (94°), Dinamismo empresarial (97°) y Capacidad de innovación (90°). A nivel de la región somos la sexta economía con mejor competitividad y por ende productividad.
A la par de la sistemática caída en la competitividad y la PTF, la productividad laboral muestra una tendencia decreciente en su evolución, con tasas de crecimiento por encima de 4% anual entre los años 2010 y 2013 y menor a 1% en los dos últimos años, 2017 y 2018.
Simultáneamente el salario mínimo ha mostrado una tendencia al alza, incrementándose entre marzo de 2016 y marzo de 2018 en 9,4%. Esta dinámica explica en parte la alta informalidad laboral que alcanza el 72%, con regiones como Cajamarca, Amazonas, San Martín, Huancavelica y Ayacucho donde llega al 95%.
Perspectivas para el próximo año
Sin duda la coyuntura política por las elecciones para el Congreso de la República 2020 y las elecciones generales 2021 influirán en el desempeño macroeconómico del país por la incertidumbre que genera todo proceso político.
Asimismo, se espera una ligera recuperación del crecimiento mundial de 3,1% (2019) a 3,2% (2020) impulsado por una mayor expansión de los países emergentes, que crecerían en 4,5% en promedio. Por el lado de los países desarrollados se proyecta un PBI de 1,5%, menor en 0,1 p.p. respecto al 2019.
En el caso de Perú, el PBI cerraría el 2019 con un crecimiento de 2,4% y para el 2020 se proyecta una tasa de 2,9%. Esta recuperación se lograría por el impulso en la demanda interna que se expandirá en 3,6%, gracias a una mayor inversión privada (4,3%) y pública (5,1%), ambas mejorando su performance del 2019. Así también, el consumo privado se expandiría en 3,4%, importante tomando en cuenta que representa alrededor del 65% del PBI.
A nivel sectorial, y a la par de la mayor inversión, el sector Construcción alcanzaría una expansión del 6,5%, acumulando tres años de crecimiento sostenido (5,5% promedio anual). Este sector es importante por ser intensivo en mano de obra. El sector Servicios crecería 4,1%, tasa similar a la estimada para el presente 2019. Entretanto Manufactura (3,5%) y Comercio (2,9%) se expanden impulsados por la demanda interna.
En tanto, luego de dos años de contracción, para el 2020 la Minería crecería en 3,8%. Otros sectores primarios, como Agropecuario y Pesca registrarían tasas de 3,7% y 7,9%, respectivamente. En suma para el 2020, con la excepción de Electricidad y Agua que reduce su crecimiento de 4,2% (2019) a 4,1% (2020), todos los sectores productivos mejoran su proyección respecto al 2019.