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Perú retrocedió en Índice de Democracia

Hasta el 2021, nuestro país calificaba como democracia defectuosa; pero en el 2022, descendió a un régimen híbrido. El intento de cierre del Congreso  con el autogolpe del siete  de diciembre, la destitución del expresidente y las protestas sociales, son las causas de estos resultados.

 

La Carta fundacional de las Naciones Unidas de 1945, no incluyó la palabra democracia; pero el organismo señala que las palabras iniciales “Nosotros los pueblos” reflejan el principio fundamental democrático de que la voluntad de la población es la fuente de legitimidad de los estados soberanos; y por consiguiente, de las Naciones Unidas en su totalidad. Pero, en la práctica no existe un consenso sobre cómo definir democracia, siendo muchas veces tratada como sinónimo de libertad.

 

Se puede aspirar a identificar características básicas donde se logre el mayor consenso. En esa dirección, se considera a la democracia como un gobierno basado en el gobierno de la mayoría y el consentimiento de los gobernados, con la existencia de elecciones libres y justas, la protección de los derechos de las minorías y el respeto de los derechos humanos básicos. La democracia puede verse como un conjunto de prácticas y principios que institucionalizan y protegen la libertad.

 

Índice de Democracia

 

The Economist Intelligence (EIU) va más allá y busca medir la democracia. Dicha institución afirma que las medidas de democracia, que reflejan el estado de las libertades políticas y las libertades civiles, no son lo suficientemente amplias. La libertad es un componente esencial de la democracia, pero no en sí mismo, suficiente. En las medidas existentes, los elementos de participación política y funcionamiento del gobierno se tienen en cuenta solo de manera marginal y formal.

 

Por esta razón, EIU elabora anualmente el Índice de Democracia (ID) y para el 2022 calificó el estado de la democracia en 167 países del mundo. El ID se calcula desde el 2006 y basa su estudio en 60 indicadores agrupados en cinco categorías: (i) Proceso electoral y pluralismo; (ii) Libertades civiles; (iii) Funcionamiento del gobierno; (iv) Participación política; y (v) Cultura política. Promediando los valores en una escala de 0 al 10. Así, EIU pretende determinar el rango de democracia, ubicando a los países en uno de cuatro regímenes: Democracia plena (8 y 10 puntos), Democracia defectuosa (6 y 8 puntos), Régimen híbrido (4 y 6 puntos) y Autoritario (0 y 4 puntos).

 

Para la elaboración del estudio se emplean diferentes fuentes como evaluaciones de expertos y encuestas de opinión pública, principalmente la Encuesta Mundial de Valores, Euro barómetro, Barómetro Asiático, Barómetro de América Latina, Afro barómetro, entre otras encuestas nacionales.

 

 

Lo interesante de los resultados obtenidos a través del estudio, es que muestran que aquellos países en los que rige una democracia plena alcanzan un mayor bienestar económico, medido por el PBI per cápita en dólares de paridad de poder de compra. Esto no solo se ve en el resultado promedio de los países, sino también en el rango mínimo y máximo resultante. En el caso de los países con democracia plena, el PBI per cápita promedio es de US$ 53.185, y el intervalo en que fluctúa dicho indicador en los 24 países considerados se ubica entre los US$ 21.107 y US$ 120.326. Aquí destacan países como Noruega, Nueva Zelanda, Suecia, Suiza, Luxemburgo y los sudamericanos Uruguay y Chile.

 

Los 47 países clasificados con una democracia defectuosa tienen un PBI per cápita promedio de US$ 23.887 con un mínimo de US$ 2.573 y un máximo de US$ 111.690 que corresponde a Singapur, la segunda economía con mayor producto por habitante. Otros países en este grupo son Panamá, Argentina, Brasil, Colombia y República Dominicana.

 

Perú, junto con 33 países, es considerado como un régimen híbrido, y en este régimen el PBI per cápita promedio es de US$ 9.728.  Por su alto bienestar económico destacan Hong Kong y países  latinoamericanos como Ecuador, México, Honduras, El Salvador, Guatemala y Bolivia.

 

Luego se tiene el régimen autoritario, conformado por 51 países con un PBI per cápita promedio de US$ 13.192 y que fluctúan entre US$ 925 y US$ 96.605. En este grupo destaca Qatar, por ser la cuarta economía con mayor PBI per cápita del mundo. Entre otros países, se tiene a China, Rusia, Venezuela, Nicaragua, y un importante bloque de países africanos.

 

 

Perú bajó su clasificación

Según EIU, Latinoamérica como región, experimentó en el 2022 su séptimo año consecutivo de retroceso en el Índice de Democracia, con un puntaje promedio de 5,79, por debajo del 5,83 del 2021. Este resultado, se da a pesar de la mejora en los puntajes relacionados con el fin del confinamiento y restricciones provocados por la lucha contra la pandemia y que venía afectando libertades civiles. No obstante, estas fueron contrarrestadas por una fuerte caída en los puntajes en un pequeño grupo de países como Haití, El Salvador y México.

 

En el caso peruano, hasta el 2021 calificaba como democracia defectuosa pero en el 2022 descendió a un régimen híbrido. El intento de cierre del Congreso con el autogolpe del 7 de diciembre, la destitución del expresidente por parte del Parlamento, y las protestas sociales, son las causas de estos resultados. Según EIU, desde el 2016, el país refleja un entorno político cada vez más inestable que ha llevado a seis presidentes a llegar al poder y tener tres congresos diferentes en ese mismo lapso. Los puntajes obtenidos en cultura política se encuentran entre los más bajos de la región, Perú tiene 3,13, seguido de México y Ecuador, ambos con 1,88, lo que refleja una polarización extrema.

 

Hay una baja capacidad del estado, a través de su gobierno nacional y subnacional, para responder a los problemas que afectan a la población y la desconfianza de ellos hacia sus instituciones ha sido un proceso sostenido durante los últimos años.

 

EIU advierte en su estudio, que durante el mandato del expresidente Pedro Castillo, la capacidad estatal se debilitó considerablemente debido a más de 80 cambios ministeriales durante su breve período en el cargo y el nombramiento de muchos ministros que carecían de experiencia relevante. Este legado pesará en la economía del Perú, así como en la calidad de su gobernabilidad y democracia, por muchos años más.