Marco Ortiz: «El escenario es complejo para los bancos centrales de América Latina»

¿Cómo observa el panorama económico mundial? ¿Podría empeorar?

Existe bastante incertidumbre sobre cómo la situación geopolítica seguirá impactando en el crecimiento económico mundial. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya redujo sus proyecciones de crecimiento global en 0,8 puntos porcentuales de 4,4% a 3,6% para el 2022 y en 0,2 puntos para el 2023.

 

Hay varias aristas que analizar. Con el cambio en la matriz energética, impulsado por las economías desarrolladas, ya se anticipaba un alza del precio de la energía. El conflicto entre Rusia y Ucrania responde a esa visión de Europa de cerrar las centrales nucleares y consumir más gas ruso.

 

Esto ya generaba una inflación global. Además, la reactivación tras la pandemia generó una presión de demanda ante una oferta contraída, y un cambio en los patrones de consumo sustituyéndose el consumo de ciertos servicios por el de bienes.

 

Todo esto puso presión en el 2021 en las cadenas de distribución globales que se sumó a las restricciones para carga y descarga por protocolos sanitarios. Se esperaba que esas presiones inflacionarias se revirtieran en el 2022.

 

Sin embargo, la invasión de Rusia a Ucrania generó esta ola inflacionaria adicional, ya que Rusia es uno de los principales productores de energía del mundo y en esa región se producen fertilizantes, aceites y granos, lo que llevó a un alza de los precios de los alimentos.

 

El índice de alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está en niveles récords, con alzas de hasta 60% en algunos productos. Además, las sanciones contra Rusia están afectando las cadenas de producción a nivel global. Todo esto implica un aumento de la inflación y una caída del crecimiento global.

 

¿Cuánto afecta el conflicto entre Rusia y Ucrania a América Latina?

Lo más difícil de dilucidar es cómo este conflicto afectará la parte productiva en la región. Países agrícolas como Argentina y Brasil enfrentan una escasez de fertilizantes. En el Perú ya hay voces de alerta de que la falta de fertilizantes afectará los retornos de la producción agrícola.

 

Las proyecciones tienen mucha incertidumbre ligadas a la evolución del conflicto y a cómo las empresas, desde las grandes hasta las pequeñas, puedan sustituir sus insumos para reducir costos.

 

¿ Las expectativas inflacionarias seguirían deteriorándose? ¿Qué pueden hacer los bancos centrales?

El escenario es complejo para los bancos centrales de América Latina. Luego de la pandemia y con la reactivación, hubo un impulso fiscal fuerte y una rápida recuperación del empleo en Estados Unidos.

 

Los bancos centrales de América Latina decidieron adelantarse a la decisión de la Reserva Federal (FED) y otros bancos europeos de retirar el estímulo monetario y comenzaron a subir sus tasas. En Perú, el Banco Central de Reserva (BCR) elevó la tasa de referencia de 0,25% desde julio del 2021 a 4,5% (hoy).

 

El aumento de las tasas de interés internacionales nos toma en mal momento y puede generar una contracción económica adicional en América Latina. A ello se suma el riesgo político, que no es exclusivo de Perú. Chile también pasa por un momento muy complejo, y Colombia y Brasil tendrán elecciones.

 

América Latina podría estar sustituyendo a los países de Europa del Este como un lugar de refugio para los capitales internacionales. Sin embargo, no es así y podría terminar sumando a su problema político, inflacionario y económico, un problema financiero que puede generar un escenario aún más crítico. Hay mucho malestar social en los países emergentes.

 

¿Qué medidas se pueden tomar?

El FMI está muy preocupado por lograr cierto tipo de ayuda redistributiva de los países desarrollados hacia los países en desarrollo. Creo que se podría apoyar el desarrollo de mercados financieros, y crear productos financieros que generen diversificación de riesgo. Asimismo, implementar reformas a largo plazo, que en Perú se han abandonado.

 

Estamos en una crisis política permanente, y no se ha hecho nada por aumentar la productividad. Se podría trabajar más en políticas de apoyo a las familias vulnerables, que en reducir impuestos.

 

Las transferencias a hogares vulnerables pueden logar más resultados y ser más eficientes con menos recursos. En términos de política monetaria y con choques de oferta es poco lo que se puede hacer.

 

¿Qué se avizora para este año?

Las proyecciones de crecimiento mundial son a la baja. El escenario más favorable sería que el conflicto Rusia-Ucrania termine pronto y ayude a disminuir los precios de los alimentos. El precio de la energía pasa por acelerar la transición energética para reducir las presiones inflacionarias en el mundo desarrollado.

 

Pero, si la presión inflacionaria sigue, la FED podría endurecer su política monetaria, llegando a un alza de 0,75 puntos, que puede llevar a una contracción en los mercados de activos y bonos.

 

Esto puede generar un escenario financiero complejo con una salida de capitales más rápida de la región. Lo cual podría desencadenar otro choque negativo de inversión y la falta de confianza de los inversionistas. Debemos mantenernos alertas a las decisiones de la FED.

 

En Perú, un endurecimiento de las condiciones financieras con incertidumbre política no avizora nada positivo para la economía. Lo único que nos salva es el precio del cobre. Podría decir que se avizora un escenario pesimista.