Luis Miguel Castilla: “Si Perú sigue creciendo 2% anual, nos tomará 22 años volver al nivel de pobreza prepandemia”

El INEI informó que la pobreza en Perú aumentó de 25,9% a 27,5% de la población. ¿Cómo ve la situación del país a la luz de este resultado?

Primero, considero que estamos muy lejos de recuperar los niveles de pobreza que teníamos antes de la pandemia. Segundo, los altos precios de los alimentos han tenido un efecto muy grande porque tienen un alto peso en la canasta de consumo de los más pobres. Tercero, la economía peruana ha venido creciendo por debajo de su potencial. Y, por tanto, el principal determinante de la reducción de la pobreza no se está dando, que es, precisamente, el crecimiento económico a través de la inversión privada y generación de empleo.

 

Cuarto, el incremento más fuerte de la pobreza se ha dado en el ámbito urbano. La pobreza en el ámbito urbano ha crecido 10 puntos porcentuales entre el 2019 y 2022, lo que significa tres millones de pobres urbanos adicionales, muchos de los cuales son informales, trabajadores independientes y migrantes.

 

Para ellos no hay una respuesta de política pública específica a diferencia de los pobres rurales, que sí cuentan con programas sociales. Y ahí está el desafío, pero lo más importante es la urgencia de retomar las tasas de crecimiento económico que permitan crear empleo de calidad y eso debe ser el objetivo central de este gobierno y de los próximos.

 

¿Quiénes son los peruanos más golpeados?

Si vemos desde prepandemia, la pobreza se ha incrementado en 22 departamentos del Perú y donde más ha crecido es en el Callao y Lima Metropolitana por la cantidad de personas, ya que concentran un tercio de la población peruana.

 

Hay regiones donde la pobreza se ha duplicado en el último año como Madre de Dios, que ha aumentado más de 6 puntos porcentuales. Todas las regiones de la selva han visto incrementos muy fuertes en pobreza.

 

En contraste, Apurímac es la región que ha registrado la mayor reducción de pobreza, por debajo de niveles del 2019, pese a que ha sido la región más pobre. Sin embargo, gracias a la actividad minera ha podido reducir la pobreza, al igual que Cusco, donde hay importantes proyectos mineros.

 

Además tenemos a los vulnerables…

El INEI ha dado un concepto muy interesante que son los vulnerables, aquel segmento de la población que vive por encima de los umbrales de pobreza extrema, pero que si sufre la pérdida de sus ingresos ya sea porque perdió su trabajo o cayó víctima de una enfermedad grave, inmediatamente caerá por debajo de la línea de pobreza.

 

Dentro de los no pobres, hay personas que son vulnerables y no vulnerables. Los vulnerables son alrededor de la tercera parte de la población peruana, cerca de 33%.

 

Entonces, si sumamos los porcentajes de pobres 27,5%, y la población vulnerable, que es alrededor de 33%, tenemos que el 60% de la población peruana o es pobre o es vulnerable de caer en pobreza. Esto va más allá del tema de crecimiento económico.

 

¿Qué tan grave es la situación de los vulnerables?

En el Perú, por tener una base de informalidad tan grande, no hay seguro de desempleo ni formas de llegar al trabajador informal. Lo que se ha recuperado es el empleo precario y no el empleo formal que da acceso a servicios de salud y otras coberturas.

 

Si comparamos la situación de los peruanos en pobreza extrema con respecto a los no vulnerables tenemos que el nivel de hacinamiento en los pobres extremos es de 15% mientras que en los no vulnerables es prácticamente cero. Esto es clave a la hora de enfrentar situaciones de repunte de epidemias como el dengue donde el hacinamiento es una de las principales razones de contagio, lo que empeora si se suma el acceso a desagüe. El 80% de los no vulnerables tiene acceso a desagüe y esto cae a 30% en el caso de los pobres extremos.

 

¿Es posible reducir el nivel de pobreza? ¿Cuánto tiempo tomaría?

El crecimiento económico es absolutamente clave. Todos los estudios muestran que la reducción de la pobreza de 60% a 20% que Perú logró alcanzar antes de la pandemia, se explica en un 85% por el crecimiento económico y un 15% por políticas redistributivas, principalmente gasto público. Si no hay un crecimiento mayor, tomará mucho tiempo reducir la pobreza a niveles prepandemia.

 

Hay cálculos que muestran que, si Perú solo crece 2% en promedio anual, como está creciendo ahora, nos tomará 22 años volver a los niveles de pobreza que teníamos en el 2019.

 

Por lo tanto, es absolutamente fundamental crear las condiciones para que la economía crezca a tasas mayores con un impulso de la inversión y considero que esto es lo más urgente tomando en cuenta que la inversión privada representa el 90% de la inversión total y es la única forma sostenible de crear empleo de calidad.

 

Entonces, a corto plazo es necesario el crecimiento económico. Si se da un marco de sensatez, la actividad privada puede rebotar, así como rebotó después de la pandemia. Después del 13% de crecimiento que tuvimos en el 2021 la economía se fue apagando.

 

Hay que tomar en serio la reactivación porque no solo es un tema de recursos públicos; hay proyectos mineros que han avanzado muy lentamente por permisos engorrosos, y hay decisiones sectoriales que están postergadas. Pero si se da la sensatez y se combate el populismo del Congreso, la economía podría crecer al doble o 5%, pero si nos conformamos con un crecimiento mediocre de 2% la tarea se hace muy difícil.

 

Creo que si crecemos al doble o 5% probablemente en menos de cinco años llegaríamos al nivel de pobreza de 20% que tuvimos en prepandemia. Esta es la fuerza del crecimiento económico, que la clase política tiende a ningunear. Se dice alegremente queremos desarrollo, pero la única forma de tenerlo es mediante la creación de empleo y con presupuesto, que se financia con impuestos en una actividad económica creciente.

 

¿Y cuál es el rol del Estado?

Esto significa, primero, tener un Estado facilitador, que deje de asfixiar a las empresas formales, un Estado que no demonice la participación privada en los servicios básicos, hay mecanismos que se pueden usar.

 

En segundo lugar, considerando la falta de acceso a los servicios básicos, es necesario generar un Estado que funcione, donde los diferentes niveles de Gobierno asuman sus responsabilidades y un aumento del presupuesto. En los últimos 20 años el presupuesto se ha multiplicado 5 veces, sin embargo, tenemos niveles de precariedad en el Estado.

 

Todo esto va de la mano con una visión más amplia de seguridad ciudadana y una respuesta a la población migrante del país, que, en Lima ya representa el 10% de la población. Todo ha sido reactivo no se ha hecho nada para sentar las bases para facilitar una convivencia más armónica de la población y aumentar las oportunidades de inserción de estos migrantes.

 

Entonces, el crecimiento es clave, pero se necesita mucho más…

El crecimiento económico es absolutamente necesario, pero también se requiere estabilidad política y en las reglas de juego, reducción de la incertidumbre, regulación más sensata, participación público – privada sin demonizar al privado.

 

Por otro lado, necesitamos un Estado que funcione, ir más allá de la ejecución del presupuesto, ver temas como la poca permanencia de autoridades en cargos públicos, corrupción, repensar cómo reducir los bolsones de informalidad y pobreza urbana, reformas como previsional, laboral y otras difíciles de avanzar si no hay consensos políticos mínimos.

 

El gobierno tiene una tarea muy difícil porque todo es más complejo y se hace más urgente encarar la agenda de formalidad, tener una capa de cobertura social y apostar por la generación de riqueza.