“Latinoamérica enfrenta la peor crisis del crimen organizado“

Óscar Naranjo Trujillo, exvicepresidente de Colombia, participó a distancia en el IV Foro Anual de Integridad y Lucha Contra la Corrupción de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) para expresar su preocupación sobre el creciente avance del crimen organizado que afecta a América Latina. El general en retiro señaló que la región enfrenta una de las peores crisis en criminalidad, con unas 700 organizaciones criminales, lo que ha hecho que ocupe el primer lugar como la región más violenta del mundo.

“La muerte y la violencia parecen haberse normalizado en América Latina por casi cuatro décadas“, cuestionó Trujillo. El también exdirector de la Policía Nacional de Colombia indicó que el crimen organizado actual tiene una integración transnacional, lo cual ha dificultado el avance de procesos de integración política y económica. Recordó que durante los años setenta y ochenta nacieron grupos criminales con estructuras que aspiraban a controlar integralmente la producción de coca y la distribución de cocaína hacia Estados Unidos.

Estos grupos, antes conocidos como carteles, han evolucionado en estructuras criminales que operan bajo una lógica empresarial, con división del trabajo, mínima exposición de los responsables y una integración para ampliar su portafolio de crimen, incursionando en la minería ilegal e incluso el tráfico de personas. Otro tema que abordó el exvicepresidente fue la extorsión en Latinoamérica, la cual, mencionó, hoy en día “no tiene límites“.

“La extorsión está destruyendo el derecho básico a la propiedad privada“

Naranjo Trujillo explicó que en Latinoamérica la extorsión es conocida por criminólogos como “extorsión a la siciliana“, donde el victimario se presenta ante la víctima con el pretexto de ofrecerle un servicio, como seguridad, y luego comienza a exigirle una suma de dinero. Con el tiempo, este vínculo se deteriora, llevando al victimario a volverse agresivo, lo que termina desplazando o incluso asesinando a la víctima.

Asimismo, mencionó que las organizaciones criminales han incursionado en lo que se conoce como “derecho de piso“, obligando a los propietarios de inmuebles a pagar doble arrendamiento o tributo. “Estamos hablando de crimen organizado que incursiona en una extorsión generalizada, convirtiéndose en un recaudador de dinero que compite contra el tributo institucional“, añadió.

También explicó que los criminales han desarrollado cuatro capacidades para poner en jaque a las instituciones y a los ciudadanos: aplican control territorial, limitan el acceso a la institucionalidad, imponen reglas de conducta e incluso resuelven conflictos vecinales. Además, se involucran en obras públicas, llegando a competir con el Estado utilizando dinero ilícito.

El exvicepresidente de Colombia finalizó su presentación con una reflexión: “Estamos ante un reto enorme, pero no imposible de superar. Pensemos en que la seguridad y la convivencia son valores democráticos, bienes públicos al servicio del ciudadano. Si la seguridad es desplegada por funcionarios que cumplan estándares, será más legítima. Si antes de usar la fuerza, fortalecemos la inteligencia para aplicarla de manera específica, sin causar daños colaterales, estaremos avanzando“.

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