José Antonio Casas: “Empresas y Estado avanzan poco en transformación digital”

¿El Perú está avanzando en lo digital e innovación o aún sigue rezagado?

Se ha avanzado pero de manera insuficiente, y más debido a la dolorosa coyuntura de la pandemia o a la inercia de la evolución tecnológica, que por acción del estado. Estos avances se han dado, sobre todo, en las empresas y en usuarios individuales.

 

En el sector público observamos loables esfuerzos para transformar digitalmente el Estado pero aislados y dispersos, sin una estrategia única ni una mirada totalizadora.

 

Tenemos que reconocer –con algo de desaliento y preocupación– que se está generando una “brecha digital” aún con países de la región (por ejemplo, con nuestros socios en la Alianza del Pacífico), sin mencionar la que se tiene con economías más desarrolladas.

 

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¿Qué acciones o reformas se deben implementar para que el Perú logre avances?

La experiencia internacional nos indica que el punto de partida para el desarrollo de la transformación digital de un país es el establecimiento de una estrategia única, desde una mirada holística y comprehensiva.

 

Esto solo se puede conseguir contando con un ente rector “real” para todo el Estado (sector público, sector privado, academia y sociedad civil) que, luego de una adecuada evaluación, inventario y diagnóstico, pueda acometer este enorme proceso que lamentablemente muchas veces solo se entiende como la inclusión de tecnología.

 

Este ente rector puede tener cualquier nombre (ministerio, agencia, etc.) pero lo importante es que tenga el nivel político adecuado y los recursos para dirigir y ordenar todo el proceso, y hacer que “las cosas pasen”, como decimos coloquialmente.

 

¿Hay intenciones del Estado de establecer una política digital? ¿Cómo debería estar compuesta?

Hay intenciones y mucho trabajo a nivel normativo pero, a falta de una estrategia y liderazgo únicos, las acciones que se llevan a cabo en diferentes instancias del aparato público se duplican, paralelizan y hasta se contraponen. Las políticas al interior del aparato público las define la SeGDi pero, desde nuestra visión, no se pueden implementar de manera suficientemente rápida y extensiva porque esta oficina no cuenta con el nivel político adecuado como para lograr sus objetivos.

 

¿Qué plataformas digitales han sido más dinámicas y rentables para las empresas en esta coyuntura?

No quiero mencionar nombres pero las que han destacado han sido las plataformas de trabajo remoto, e-commerce en todas sus variantes, y aquellas que han permitido la automatización y manejo a distancia de la gestión. Esto, tanto para los servicios que presta el aparato público al ciudadano, como para el día a día de la empresa privada y pública.

 

¿Cuánto invierten las empresas en transformación digital?

Es difícil dar cifras sobre un proceso que se lleva a cabo en forma tan desigual, ya que influye mucho el tamaño y desarrollo de las empresas y, por supuesto, su entorno, pero consultoras internacionales proyectan que más de la mitad de total del presupuesto TI se asignará a la adecuación del nuevo escenario de trabajo remoto, atención a clientes y la nueva normalidad laboral. La situación de pandemia ha acelerado el proceso hacia la transformación digital, pero no todas las empresas lo están haciendo de la manera correcta.

 

¿Es posible tener ciudades inteligentes en el país? ¿Qué ciudades serían potenciales?

Es posible. Internacionalmente se siguen dos caminos para iniciar el proceso: proveerle inteligencia a una ciudad mediana o pequeña es uno de ellos. El otro es crear la ciudad desde cero. En ambos casos, tenemos ciudades o espacios no habitados con mucho potencial para darles inteligencia y automatizarlas. Arequipa, Huancayo o Chiclayo podrían ser excelentes candidatas.

 

El objetivo no es la inclusión de tecnología como un fin, sino la calidad de vida del ciudadano a través de mejoras en el tránsito vehicular, la seguridad ciudadana, y más y mejores servicios básicos optimizados, etc., todo de manera ecoamigable y sostenible.

 

¿Estamos preparados para enfrentar a la ciberdelincuencia? ¿Qué propone al respecto?

La batalla contra la ciberdelincuencia hace mucho que dejó de librarse usando como armas solamente herramientas de ciberseguridad. Como Gremio estamos seguros de que promover la mejora en capacidades y competencias, especialmente de los usuarios finales, será la apuesta más segura para evitar la ciberdelincuencia.

 

Esta pandemia nos ha obligado trasladar muchas de nuestras actividades a internet, lo que ha aumentado la probabilidad y el riesgo de incidentes. Los ciberdelincuentes son uno de los grupos de mayor desarrollo tecnológico y creatividad, y la forma como actúan está en permanente evolución.

 

¿Cuál es el mayor problema que enfrenta su sector?

La ausencia de liderazgo en el Estado que mencionamos anteriormente, que se manifiesta en la lentitud del proceso de transformación digital del aparato público y en la implementación de algunas buenas políticas que se han podido generar en esfuerzos conjuntos público-privados.

 

El resultado es el bajo nivel de madurez digital de nuestras micro, pequeñas y medianas empresas, que son la enorme mayoría, así como de las instituciones del Estado, que aprovechan en modo muy limitado los beneficios de esa transformación digital.

 

¿Cuáles son las metas del gremio para este año?

Nuestra primera meta es consolidar nuestro liderazgo en el sector digital y así colaborar en la definición de políticas públicas que aceleren el proceso de transformación digital del país en todos sus ámbitos. Además de mantener una presencia importante tanto a nivel interno (mesas de trabajo público-privadas) como externo (Alianza del Pacífico, TLC, etc.).

 

También está dentro de nuestros objetivos el colaborar con la mejora de competencias y habilidades digitales de las empresas para que puedan acelerar su proceso de madurez digital, sobre todo en este nuevo escenario generado por la pandemia.