FMI proyecta que América Latina crecerá 2,5% este año y el próximo
El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó que la economía de América Latina y El Caribe crecerá 2,5% en el 2022 y en el 2023.
«Se prevé que el crecimiento general de la región se modere a 2,5% durante 2022 y 2023», una cifra que representa una mejora de 0,1 puntos porcentuales respecto a las previsiones de enero para este año, afirmó el FMI en su última Actualización de Perspectivas de la economía mundial.
De acuerdo a las proyecciones del FMI, Brasil, la mayor economía de América Latina, se expandirá 0,8% en 2022 (+0,5 puntos respecto a previsiones de enero) y 1,4% en 2023 (-0,2 puntos), mientras que México, segunda economía de la región, crecería 2% este año (-0,8 puntos) y 2,5% el próximo (-0,2 puntos).
Crecimiento mundial
Asimismo, pronostica que el crecimiento mundial se desacelere del 6,1% estimado para 2021 a 3,6% en 2022 y 2023; o sea, 0,8 y 0,2 puntos porcentuales menos en 2022 y 2023 que lo proyectado en la edición de enero de su actualización.
El FMI remarcó que más allá de 2023, el crecimiento mundial disminuiría a alrededor de 3,3% a mediano plazo. Este pronóstico presume crucialmente que el conflicto se mantendrá limitado a Ucrania, que futuras sanciones a Rusia eximirán al sector energético (aunque la proyección de base refleja el impacto de la decisión de países europeos de independizarse de la energía rusa y los embargos anunciados hasta el 31 de marzo de 2022), y que el impacto sanitario y económico de la pandemia se diluirá en el curso de 2022.
Países emergentes
El organismo internacional sostuvo que con contadas excepciones, el empleo y el producto se mantendrán por debajo de las tendencias prepandémicas hasta 2026 inclusive.
«Se prevé que las cicatrices sean mucho mayores en las economías de mercados emergentes y en desarrollo que en las economías avanzadas, dado que las políticas de apoyo son más limitadas y la inmunización es general más lenta, y que el producto se mantenga por debajo del nivel previo a la pandemia en todo el plazo que abarca este pronóstico», refirió el FMI.
El organismo internacional sostuvo que estas proyecciones están rodeadas de una incertidumbre inusualmente marcada, y predominan riesgos a la baja para las perspectivas mundiales; entre ellos, los derivados de un posible empeoramiento de la guerra; la intensificación de las sanciones aplicadas a Rusia; una desaceleración superior a la prevista en China, cuya estricta estrategia de cero casos de COVID está siendo puesta a prueba por la variante ómicron; y un renovado estallido de la pandemia en caso de que aparezca una nueva cepa más virulenta.
Además, la guerra de Ucrania ha incrementado la probabilidad de que las tensiones sociales se amplíen debido al encarecimiento de los alimentos y la energía, lo cual empañaría más las perspectivas.