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Exportaciones de alimentos para animales se incrementan en últimos años

La producción de alimentos forma parte de las actividades esenciales, que por su relevancia no pueden detenerse. Incluso en situaciones como la que enfrentó el mundo con la pandemia por el COVID-19, la referida industria nunca se detuvo. Por el contrario, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ante este grave problema mundial, dispuso que todos los países debían mantener operativas sus propias cadenas de suministros de alimentos, ya que la calidad y el volumen de estos no podían disminuir.

 

Debe resaltarse que mantener la seguridad y sustentabilidad alimentaria de las personas requiere garantizar el alimento de las especies de producción pecuaria, acuícola y avícola, las cuales llegarán a las mesas de cada familia.

 

Asimismo, es necesario procurar el alimento para las mascotas, porque, desde una perspectiva de bienestar mental, se ha demostrado que son muy útiles cuando las personas se sienten estresadas o deprimidas, debido a que pueden moderar el impacto de tensiones, especialmente en el caso de las personas que viven en soledad o con poca compañía.

 

El Perú siempre se ha destacado por su buena participación en la actividad agroalimentaria. En ese sentido, sus grandes volúmenes de exportación de los sectores agrícola y agropecuario hablan por sí solos. En los últimos años se comprueba un crecimiento en el subsector de comida para animales, tanto para mascotas, como para otras especies de producción alimentaria (porcina, avícola, acuícola, pecuaria, etc.).

 

Así, respecto a las exportaciones de preparaciones utilizadas para la alimentación de animales, el Perú se ubica en el vigésimo cuarto lugar como país proveedor.

 

En cuanto a los envíos de “salvados, moyuelos y demás residuos del cernido, de la molienda o de otros tratamientos del trigo”, el Perú ocupa el trigésimo primer lugar como proveedor mundial.

 

En los últimos cuatro años, las exportaciones peruanas de comida para animales han crecido interanualmente en 10%. La comida para crustáceos es el principal producto exportado, seguido de las premezclas de comida para animales y la comida porcina.

 

Comida para crustáceos

Los envíos de comida para crustáceos hasta noviembre del 2022 versus el 2021 habrían crecido 29% en valor y 10% en volumen, hasta llegar a la cifra de US$ 238 millones y 209.649 toneladas, respectivamente. Los principales países de destino son Ecuador, Honduras y Panamá.

 

Premezclas de comida para animales

En los primeros once meses del 2022, frente al 2021, los envíos de premezclas de comidas para animales habrían crecido 7% en valor, pero caerían 2% en volumen, hasta llegar a los US$15 millones y las 14.656 toneladas. Los principales países de destino de esta línea de producto elaborado en el Perú son Colombia, Ecuador y Bolivia.

 

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Comida porcina

Entre enero y noviembre del 2022, con respecto al año anterior, los envíos de comida porcina cayeron 30% en valor y 45% en volumen, por lo que llegaron a la cifra de US$ 4 millones y 15.542 toneladas. Los principales países de destino de esta línea de producto producida en el Perú son Colombia y Ecuador.

 

Un punto muy importante a tener en cuenta es que el mundo está atravesando una crisis inflacionaria, lo cual tiene repercusiones en todas las actividades productivas y económicas, como es el caso de la industria de alimentos para animales.

 

De los datos mostrados, podemos observar que en los alimentos para crustáceos el valor unitario promedio por kilogramo se incrementó de US$ 0,97 en el 2021a US$ 1,14 en el 2022, lo que significó un aumento del 17% del valor de este producto.

 

En el caso de las premezclas de comida para animales, en el 2021 el valor promedio unitario por kilogramo fue de US$ 0,96, mientras que en el 2022 subió a US$ 1,05 por kilogramo, un aumento del 10%.

 

Respecto a la comida porcina, en el 2021 el precio por kilogramo fue de US$ 0,21 y el siguiente año se elevó a US$ 0,27 por kilogramo, lo que significó un incremento de 27%.

 

Dicho ello, posiblemente estemos ante el inicio de un problema que se irá acrecentando y que podría poner en aprietos la seguridad alimentaria mundial, teniendo en cuenta que el aumento del precio de los insumos de la alimentación de animales, destinados al consumo humano, impactaría en el valor de la canasta básica de todas las familias.

 

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