Escasez de chips semiconductores podría agravarse a nivel mundial
La actual escasez global de chips semiconductores ha suscitado problemas para los fabricantes de coches, videoconsolas o teléfonos inteligentes (smartphones). Este escenario se derivó de la menor demanda de vehículos de transporte, la cual generó que la industria de automóviles cancele los pedidos de chip, por ende, la producción disminuyó, lo que explica en buena parte, la escasez de estos.
Sin embargo, a causa de las medidas de restricción obligatoria que impulsaron la demanda de estos equipos tecnológicos para el teletrabajo, las clases en línea y el entretenimiento; de la misma manera, los operadores de computación en la nube, que son grandes consumidores de chips de alta gama, se apresuraron a añadir servidores ante el teletrabajo.
Al día de hoy, la demanda por este tipo de bienes de consumo duraderos se ha mantenido al alza a medida que las economías se reactivaban causando así, que los fabricantes de estos chips no sean capaces de abastecer la demanda.
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Actualmente, la oferta de estos chips se encuentra en posible riesgo dada la alta concentración de su producción en países como Taiwán y Corea del Sur.
Según Óscar Muñoz, estratega de TS Securities, la cuota de mercado de Taiwán en la fabricación pura de chips fue del 63% del mercado durante el 2020, de la mano de TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company); mientras que, Corea del Sur concentra el 18%, con empresas representativas como Intel o Samsung.
Riesgos
Según Iris Pang, economista de ING, tres posibles riesgos en Taiwán podrían afectar la industria de chip a nivel mundial, elevando así su precio y el de los productos en los que son utilizados.
El primero de ellos es la escasez de agua para el proceso de producción de chips, a causa de la sequía que vive el país en los últimos meses, ya que se necesita entre ocho y catorce millones de litros de agua ultrapura para evitar la contaminación de los dispositivos electrónicos.
De la misma forma, el segundo riesgo también está relacionado con el clima, ya que las altas temperaturas están generando mayor consumo de electricidad, lo cual ha desembocado en dos apagones durante las últimas semanas de mayo. En caso estos apagones se prolonguen, la producción de chips se vería amenazada.
El último riesgo es el COVID-19 ya que, a pesar de la buena gestión realizada desde el inicio de la pandemia, en los últimos días Taiwán ha registrado un aumento de casos y muertes.
Si la situación empeora podría derivar en un confinamiento o en restricciones, ello afectaría la logística del país, especialmente al personal de los puertos y, pondría en riesgo las exportaciones de los chips semiconductores al resto del mundo.
Inversiones
Aunque, la situación podría mejorar, pues Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, el mayor fabricante de chips por contrato del mundo, tiene previsto invertir US$ 30.000 millones en nuevas capacidades sólo este año.
Samsung Electronics e Intel, otros dos gigantes, han previsto US$ 28.000 y US$ 20.000 millones respectivamente, lo que supondría un alivio para la economía en general, pero no de inmediato.