El 47% de universitarios planea estudiar en modalidad mixta o en línea pospandemia

Luego de más de un año de clases virtuales, las percepciones frente al aprendizaje a distancia por parte de estudiantes (escolares y universitarios) y padres de familia han cambiado conforme han pasado los meses.

 

De acuerdo con las últimas encuestas de EY Parthenon sobre educación (que incluyen a la educación escolar y superior), si bien la mayoría de estos actores ha realizado inversiones para mejorar su acceso a Internet y/o a dispositivos electrónicos, la satisfacción con la calidad de la educación ha disminuido en comparación al 2019.

Universitarios

 

No obstante, se pudo comprobar que los universitarios valoran la flexibilidad de horarios que les otorga la modalidad remota (84%), y un 47% de estos planea finalizar sus estudios de forma mixta (combinando el formato virtual con presencial) o netamente en línea.

 

Aunque cabe resaltar que la gran mayoría de estudiantes (91%) no está de acuerdo con pagar la misma colegiatura por cursos en línea que por presenciales.

 

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“Desde que los estudiantes de programas presenciales migraron a las clases en línea, su satisfacción con este servicio ha disminuido. En ese sentido, la investigación muestra que las inversiones y mejoras que las escuelas han realizado en sus plataformas educativas no han sido suficientes para compensar los desafíos que implica esta virtualidad».

 

«La dificultad de los alumnos más jóvenes para prestar atención durante las clases en línea (79%) y la escasa interacción entre profesores y compañeros (59%) son algunos de los aspectos más criticados”, expresó Marco Orbezo, socio de EY Parthenon.

 

Nivel escolar

 

Para el nivel escolar, la situación es similar a la que refieren los universitarios: el 34% de padres con hijos en edad escolar considera que la experiencia de aprendizaje ha empeorado a raíz de la pandemia, y solo el 19% opina que la educación en línea es atractiva.

 

Asimismo, el 53% cree que el aprendizaje a distancia resulta una buena idea, pero solo si este se realiza de manera temporal.

 

Ello, porque, a diferencia del nivel universitario, los padres consideran que sus hijos se ven perjudicados por la virtualidad en lo que refiere al desarrollo de habilidades sociales.

 

Acceso a tecnología

 

Por otro lado, una ventaja de esta situación, según lo que se pudo comprobar, es que en el 2021 hay una mayor penetración en el acceso a redes de Internet y dispositivos tecnológicos.

 

En comparación al 2020, donde solo un 69% de universitarios en el Perú tenían conexión a Internet, en el 2021, esta cifra aumentó a 82%. Y, en el escolar, en el 2021 hubo un 60% de padres que mejoraron su servicio de acceso a Internet.

 

Con respecto al acceso a laptops, tablets y computadoras entre los estudiantes de universidades privadas a nivel nacional, pasó lo mismo: el 25% de estudiantes beneficiados con estas tecnologías en el 2020 aumentó a 84% en el 2021.

 

Un resultado distinto a lo que sucede con los estudiantes de universidades públicas, cuyo porcentaje de acceso a estas tecnología pasó de 15% en el 2020 a 11% en el 2021.

 

En el caso del nivel escolar, se pudo comprobar que el 52% de los padres de familia compraron en el 2021 una computadora o tablet para sus hijos.

 

Calidad de educación

 

Otro punto que evidenció el estudio es que los universitarios consideran que la calidad de la educación que reciben no corresponde al precio que pagan.

 

En ese sentido, se pudo comprobar que el 91% de estudiantes peruanos cree que debería pagar menos por llevar clases en línea, a través de plataformas como Blackboard o Zoom.

 

Asimismo, arrojó que el 26% de estos considera que sus docentes no están lo suficientemente calificados para dictar clase de manera virtual.

 

Si bien la flexibilidad de horarios (84%) y autonomía (53%) resultan atractivas, no compensan la dificultad para prestar atención en clase (79%) y –menos- la interacción con sus compañeros (59%).

 

Es necesario que las universidades inviertan en servicios adicionales a sus programas en línea e híbridos para perfeccionar su propuesta de valor. Algunas de estas formas podrían ser ofreciendo clases en línea en el extranjero, servicios de bienestar (ej.: psicólogos y nutricionistas), más apoyo en la búsqueda de empleo, mejores profesores y cursos bilingües, dijo Orbezo.

 

Ello, en lugar de ampliar o construir nuevos campus (para lo cual, en caso de hacerlo, deberían diseñarlos para ser más pequeños).

 

«Con respecto al nivel escolar, consideramos que conforme avancemos hacia el 2022, las escuelas podrán aprovechar todos los recursos, el talento humano y las plataformas Ed-Tech adquiridos durante el confinamiento para ofrecer una mayor variedad de programas educativos de alta calidad a sus alumnos, incluyendo opciones híbridas”, finalizó el socio de EY Parthenon.