Economía peruana: El 2022 no fue un buen año

El 2022 se ha caracterizado por ser muy irregular, con un entorno internacional desfavorable que impulsó la inflación a tasas superiores al 7%, y con conflictos sociales que vienen siendo una traba al desempeño de los diferentes sectores productivos, especialmente  para la  minería e hidrocarburos.

 

Entre agosto del 2021 hasta noviembre del 2022; el número de conflictos sociales se elevó, pasando de 196 a 221, siendo el 62% de estos de competencia del gobierno nacional, que hizo muy poco para su solución. Y en diciembre, mes en el que se esperaba un rebote de la economía, la actual crisis política- que incluyó manifestaciones violentas, con destrucción de infraestructura pública y privada, bloqueos de carreteras y paralizaciones de aeropuertos- terminó por deprimir el crecimiento proyectado para el año.

 

Con todo ello, el IEDEP estima que la economía peruana cerrará  el 2022 con una expansión de apenas 2,9% respecto al 2021, y de 4% en comparación con el 2019.

 

Además de los factores externos y sociales, la política monetaria del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) estuvo dirigida al control de la inflación, que en los doce últimos meses (diciembre 2021-noviembre 2022), fue de 8,45%; lo que llevó a que la autoridad monetaria incrementara su tasa de referencia en lo que va del año en cinco puntos porcentuales hasta ubicarla en 7,5%. A pesar de este fuerte ajuste, las expectativas inflacionarias se ubican en 4,68%, por encima del rango meta superior del 3%.

 

Sectores productivos

Las actividades terciarias liderarían el crecimiento económico del Perú en el  2022. Así Servicios con una tasa de 3,8%, y Comercio con 3,6%, fueros los sectores con mayor expansión,  pese a que en el último trimestre se esperaba un mejor resultado.

 

 

Las actividades de transformación, como Manufactura y Construcción, tuvieron crecimientos de 1,5% y 2,8%, respectivamente. El sector Construcción se vio impulsado por la inversión pública, que se aceleró durante el segundo semestre del año.

 

No obstante, los conflictos registrados en 14 regiones durante el mes de diciembre originaron pérdidas diarias en inversión pública que no pudo ser realizada. El IEDEP estima que por cada día de conflicto el gobierno nacional dejó de invertir S/ 18,7 millones, los gobiernos regionales S/ 12,6 millones y los gobiernos locales S/ 33 millones. Por el lado de Manufactura, su crecimiento se explica por su componente no primario, es decir por  la producción orientada a la inversión y al mercado externo.

 

La actividad primaria ligada a los recursos naturales fue la de menor desempeño durante  el 2022; aquí nos referimos al sector Agropecuario, estimándose una expansión de 3,8%; y a Minería e Hidrocarburos, que crecería solo 0,2% por la mayor producción de cobre, hierro y estaño.

 

Cabe señalar que, durante el cuarto trimestre del año, el sector Minero alcanzó su mayor expansión  anual (4,9%), lo que revirtió las caídas del segundo (-1,2%) y tercer (-4,2%) trimestre. Por su parte, la Pesca habría disminuido en 11,5% en el 2022 por la menor producción para el consumo humano e industrial durante los dos primeros trimestres del año.

 

Inversión privada y pública

Después del rebote estadístico del 2021, cuando la inversión privada se expandió en una tasa récord de 37,4%; para el 2022 se estima un crecimiento nulo (0%). Era difícil alcanzar cifras positivas para el presente año, más aún con el escenario pesimista de las expectativas empresariales y los conflictos sociales crecientes registrados.

 

Según cifras del BCRP, importantes inversiones del sector minero entre enero y setiembre se cristalizaron por parte de las empresas Anglo American Quellaveco (US$ 862 millones), Antamina (US$ 298 millones) y Yanacocha (US$ 246 millones).

 

 

Por el lado de la inversión pública sucedió algo similar; un crecimiento altísimo de 24,9% el 2021, y una expansión de solo 4,6% para este año, sobre todo por su aceleración observada durante el segundo semestre del  2022 y truncada a finales de año. Destacan la construcción del aeropuerto de Chinchero – Cusco (US$ 88 millones), el mejoramiento de la carretera Huánuco – Conococha (US$ 57,3 millones) y Majes Siguas – II Etapa (US$ 45 millones).

 

Consumo privado

El consumo privado es el componente del gasto más importante, que equivale a más del 60% del PBI y que alcanzaría un crecimiento de 4,4% en el presente año respecto al 2021; y de 5,2% por encima del registrado en el  2019.

 

Sin embargo, a lo largo del año es marcada la desaceleración del consumo privado, pasando de 6,9% en el primer trimestre, a 4,9% y 3,5% en el segundo y tercer trimestre, respectivamente;  y para finalizar con un 2,5% entre octubre-diciembre.

 

A favor tuvo el crecimiento de la masa salarial y del crédito de consumo del sistema financiero; y en contra de un mejor desempeño, se tienen la elevada inflación que resta poder adquisitivo y el menor margen de retiro de los fondos de pensiones y CTS.

 

 

Balance fiscal

Las cuentas fiscales mostraron una rápida recuperación del déficit fiscal de 8,9% del PBI registrado en  el 2020 a causa de la pandemia, a una de apenas 1,6% del PBI en el 2022, según las proyecciones del BCRP. En lo que respecta a la recaudación, hay una evolución favorable tanto del Impuesto a la Renta, como del Impuesto General a las Ventas (IGV), y una reducción en la proyección de gastos por una menor ejecución de compras de suministros médicos y pagos de personal CAS para enfrentar al COVID-19.

 

Balance externo

Si bien la balanza comercial, es decir la diferencia entre las exportaciones e importaciones de bienes, llegaría a un superávit de US$ 9.234 millones en el  2022, se ubica muy por debajo de los US$ 14.833 millones registrados en el  2021.  Es por ello que la balanza en cuenta corriente, que incluye bienes y servicios, tendría un saldo negativo de US$ 11.145 millones, equivalente al -4,5% del PBI.

 

El menor superávit comercial es resultado de la reducción de los términos de intercambio (-10,1%) y la desaceleración de la demanda proveniente de nuestros principales socios comerciales. Este panorama redundará en un menor nivel de Reservas Internacionales Netas (RIN), las cuales según proyecciones del BCRP pasarían de US$ 78,5 a US$ 74,4 miles de millones.

 

Como puede verse,  el 2022 no fue un buen año para la economía peruana; empero sus fundamentos macroeconómicos no se han visto afectados, ni las cuentas fiscales ni las externas. El objetivo central del país ahora, en un marco de estabilidad no solo económico sino también institucional y social; es recuperar el crecimiento económico sostenido, y  la generación del empleo formal con ingresos laborales altos .En eso deberá enfocarse tanto el Poder Ejecutivo y Legislativo.