Economía alcanzaría 72,4% de operatividad en Fase 1
El Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (Iedep) señaló que durante el 2019, mientras el PBI nacional crecía en 2,2%, once regiones lograron superar dicha tasa, doce lo hicieron a una tasa menor y uno coincidió con dicho promedio. Tacna alcanzó el mayor crecimiento del año, 22,4% y en el otro extremo Madre de Dios registró una caída del producto de 7,1%.
En un análisis de la evolución del desempeño macroeconómico en los tres últimos años, 2017-2019 se observa que seis regiones registraron una caída del PBI en al menos un año. Por ejemplo, Apurímac, que entre los años 2010 y 2017 logró un crecimiento explosivo, en los dos últimos años se revirtió dicha tendencia con resultados negativos de -7,6% en el 2018 y 0,1% en el 2019, debido a la caída de su principal fuente de crecimiento, la minería.
En cambio, Tacna acumuló la mayor expansión a nivel nacional con 33,8%, impulsada principalmente por la minería y el sector servicios.
Para el mismo periodo de análisis (2017-2019) vemos gratamente que Loreto se convirtió en la segunda región con mayor crecimiento acumulado (21,5%). Sin duda de sostenerse esta expansión, contribuirá a reducir la pobreza en Loreto, pues hoy se ubica en el segundo grupo de regiones con mayor nivel en tal situación (34,6% de la población).
Luego le siguen nueve regiones que han logrado un crecimiento superior al 10% entre 2017 y 2019. Se trata de Ica (15,1%), Ayacucho (14,7%), Amazonas (14,6%), Huánuco (13,7%), Apurímac (12,5%), Tumbes (12,2%), Ucayali (11,0%), La Libertad (11,0%) y Huancavelica (10,4%). De este bloque con la excepción de Ica, Tumbes, Ucayali y La Libertad, todos los demás se ubican entre las regiones con mayores niveles de pobreza.
El menor desempeño en los tres últimos años se concentra en cuatro regiones del país. Pasco creció apenas en 2,3%; Cusco en 0,6%, después de lograr un importante crecimiento entre los años 2008-2013, que lo llevó a ubicarse entre las tres regiones con mayor PBI. Le siguen Moquegua (-3,0%) y Madre de Dios, que lleva tres años consecutivos en una profunda recesión (-21,6%).
Crisis COVID – 19
Ya se cumplirán dos meses de las medidas de aislamiento social para frenar la expansión del COVID-19 y los indicadores que reflejan su impacto ya se empiezan a conocer. Según el Avance Coyuntural de la Actividad Económica correspondiente a marzo 2020 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la producción de electricidad durante dicho mes se redujo en 12,9%, el sector pesca se contrajo en 21,4%, mientras que el consumo interno de cemento lo hizo en 51,0%. Entretanto los indicadores comercio exterior reflejan una caída de las exportaciones de 39,2% y las importaciones de 19,4%.
Reanudación de actividades
Desde el 16 de marzo, cuando se inició el aislamiento social, se estima que el país viene operando con el 46,9% del total de sus actividades productivas, la mayoría de ellas en “slow motion” debido a las restricciones en sus mercados de destino, nacionales o internacionales.
Es por ello que el DS Nº080-2020-PCM identificó sectores productivos que podrán reiniciar operaciones en el presente mes de mayo, en lo que se ha llamado la Fase 1 de la Reanudación de Actividades. De lograrse cumplir a cabalidad con todos los protocolos de seguridad y las autorizaciones correspondientes, a fines del presente mes el Perú lograría tener en operación alrededor del 72,4% de sus actividades productivas.
Impacto en regiones
Son distintas las actividades que empezarán a operar destacándose sobre todo los sectores manufactura, construcción, comercio y servicios. Cabe destacar que los impactos no son similares en las regiones del país porque la estructura difiere de unos a otros. Por ejemplo, el 33,5% del PBI de Amazonas lo aporta el sector agropecuario, mientras que en Moquegua representa apenas el 1,2% de su PBI.
Tomando en cuenta estas consideraciones se ha estimado para cada una de las regiones del Perú el porcentaje de actividades que han venido operando en marzo y abril y hasta cuanto se elevaría dicho porcentaje si se implementa exitosamente lo señalado en el DS Nº080-2020-PCM.
Hasta el mes de abril regiones costeras como Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Lima e Ica, además de Ucayali, han tenido menos del 50% de sus actividades productivas en operación.
Apurímac, Huancavelica y Pasco son las regiones que han podido operar por encima del 70%. En las estimaciones se ha considerado que la minería sigue operando al 100%, aunque en la práctica por algunas restricciones como la falta de transporte no lo han podido hacer.
A partir de la implementación de la Fase 1 de la Reanudación de Actividades se observa que a nivel nacional se alcanzaría el 72,4% de las actividades productivas del país. De esta manera todas las regiones estarían operando por encima del 65%, como son los casos de Lambayeque (65,4%) y Lima (67,7%). También se observa que siete regiones operarían a un nivel superior del 80%, como son los casos de Pasco (89,7%) y Apurímac (88,8%).
Además, el programa de reanudación de actividades contempla en total cuatro fases. Se continuará con la Fase 2 y así sucesivamente a las siguientes. Ello condicionado al cumplimiento de los requisitos de sanidad y al informe favorable de las entidades responsables. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha señalado que al mes de julio ya el 90% de las actividades económicas estarían operativas.
El primer paso para la reactivación está dado. Es importante por parte de las empresas el cumplimiento riguroso de los protocolos y por parte de los sectores competentes, el de los plazos para las autorizaciones.
Sin embargo, el retorno paulatino de las actividades productivas no es garantía que el PBI se recupere. Hemos visto que los resultados macroeconómicos en algunas regiones no ha sido el más óptimo, por lo que estamos lejos de encontrarnos en un ciclo de crecimiento sostenido. Nuestro universo empresarial de 2,7 millones de empresas, 94% microempresas y 5% pequeñas empresas, están siendo afectadas por la crisis actual. Se necesita que los fondos de apoyo empresarial con garantía del Estado como Reactiva Perú y FAE-Mype lleguen a las distintas regiones del país.
La política fiscal que hasta ahora se ha concentrado en otorgar transferencias a distintos segmentos de la población, deberá redireccionarse a una mayor inversión pública en todos los niveles de gobierno, nacional y subnacional. Siempre se discutió respecto a su bajo grado de ejecución, pues ahora se necesita la mayor eficacia en la utilización de los recursos. Finalmente, Proinversión tiene trece proyectos ya adjudicados por un monto de US$ 2.409 millones, los cuales deberán empezar a ejecutarse de forma inmediata.