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Carlos Barrientos: “Siempre existe la posibilidad de incorporar capital privado”

¿Cómo han funcionando las operaciones de Petroperú en esta coyuntura?

Nuestra industria fue declarada esencial desde el inicio de la emergencia, así que no hemos parado ni un día. Hemos tenido que acomodarnos a esta nueva realidad para abastecer a todo el país con el combustible que necesita, y priorizar la salud y seguridad de todo nuestro personal.

 

Estamos trabajando con el 20% del personal a nivel nacional en todas las operaciones de la Refinería de Talara, Oleoducto Norperuano, plantas de ventas y terminales.

 

¿Cuál es el estado de los Lotes 64 y 192?

Sobre el Lote 64 es importante aclarar que no estamos ante una devolución a Perúpetro, sino que GeoPark se retiró del contrato de licencia. Ellos tenían el 75% de las licencia y Petroperú el 25%.

 

Ahí teníamos dos opciones, retirarnos conjuntamente con Geopark, con lo que se revertía el lote a Perúpetro y concluía el contrato de licencia; o aceptábamos esta cesión del 75% de participación por parte de Geopark y continuábamos con el proyecto. Nuestro directorio optó por la segunda opción.

 

Sin embargo, para que esa operación tenga efecto jurídico necesitamos modificar el contrato de licencia, previa aprobación del Decreto Supremo (DU) conforme a lo que establece la Ley Orgánica de Hidrocarburos.

 

Dicho DU debe contar con el refrendo de los ministerios de Energía y Minas y de Economía y Finanzas antes de la firma del presidente de la República. Esa decisión se inserta dentro de la política sectorial para fortalecer a Petroperú. Eso es parte de la estrategia de integración vertical y autoabastecimiento energético.

 

Asimismo, vamos a iniciar el proceso de selección del socio operador con la asesoría de un banco de inversión. Veremos qué modalidad asociativa definimos, pero la idea es que un socio operador esté al frente de la operación del Lote 64 como estaba previsto antes.

 

En los siguientes meses ya deberíamos tener noticias.

 

Con respecto al Lote 192, estamos esperando que se concluya el proceso de consulta previa a las comunidades nativas y el plazo de contrato de servicio que mantiene Perúpetro con Frontera Energy, el actual operador.

 

A inicios del próximo año esperamos firmar el contrato de licencia. Esto ha demorado por el estado de emergencia, pero confiamos en que el proceso concluya lo más pronto posible para firmar el contrato con el nuevo socio operador, el cual está en pleno proceso de selección.

 

¿Cuál es el avance del Proyecto Modernización Refinería Talara (PMRT)?

Estamos a más del 90% de avance de esta obra de infraestructura bastante compleja. La coyuntura por la COVID-19 ha hecho que tengamos demoras y estamos apuntando a que en noviembre del próximo año ya tengamos la Nueva Refinería Talara operando.

 

¿Además de estos proyectos, estiman realizar nuevas inversiones?

La inversión más importante que tiene Petroperú es la Nueva Refinería Talara. Es el foco y tenemos que concluirla el próximo año. El Lote 64 y el 192 son parte de la estrategia de la integración vertical y por eso estamos viendo socios operadores, porque eso ayudará a generar rápidamente esa integración vertical.

 

Las inversiones corrientes son las que normalmente estamos ejecutando, las cuales ahora están paralizadas y postergadas por el estado de emergencia; pero el 2021 vamos a seguir invirtiendo en normativa y modernización de nuestras instalaciones.

De igual manera, el Oleoducto Norperuano también ha tenido bastante inversión a nivel tecnológico. En las estaciones todavía falta hacer algunos cambios adicionales este y el próximo año.

 

De otro lado, también queremos participar de los lotes que estén disponibles en el zócalo de la costa de Talara (Piura).

 

En su reciente informe de estados financieros señalaron que estaban diseñando un nuevo modelo de negocio para el Oleoducto Norperuano. ¿En qué consiste?

El Oleoducto Norperuano es estratégico para la industria de hidrocarburos de la selva. Petroperú cumple un papel articulador entre las empresas privadas de la selva (Perenco, PetroPal y Pluspetro) a fin de darle viabilidad al Oleoducto.

 

Para ello debemos tener estabilidad social y, previamente, se necesita cerrar las brechas que existen respecto a las necesidad básicas de todas las comunidades nativas.

 

Afortunadamente, el Estado viene dando señales al respecto. Acaban de sacar una nueva ley de cierre de brechas. Estamos trabajando muy de cerca con los distintos estamentos del gobierno, para que estas se materialicen en obras concretas que dejen a las comunidades trabajar de forma pacífica y sostenible.

 

En ese sentido, estamos buscando incorporar Obras por Impuestos (OxI) en Petroperú, para ayudar a las instituciones del Estado a ejecutar obras de manera más rápida.

 

Tenemos una lista de obras identificadas en las comunidades en las cuales tenemos injerencia con el Oleoducto Norperuano y hemos logrado que sean priorizadas.

 

Vamos a incorporarlas dentro del sistema de OxI para darle mayor rapidez y ejecución. Estamos en la parte preliminar y esperamos que se empiece a concretar el próximo año.

 

El volumen de ventas de combustible de Petroperú se contrajo 40% en el segundo trimestre, respecto al 2019; y el Ebitda se podría reducir en 60% este año, además de incrementar la deuda a US$ 5.000 millones. ¿Qué se prevé hacer para revertir estas posibles pérdidas?

Como bien se sabe, la COVID-19 no solo ha impactado en el costo del consumo de los combustibles en el país y en el mundo, sino que esto empezó el año pasado con una caída de los precios a nivel internacional y conjugó una tormenta perfecta.

 

De hecho, esta se ha definido como la peor crisis de la historia de los hidrocarburos en el mundo y los efectos han sido negativos en los estados financieros al segundo trimestre.

 

Por ello, hemos reducido los gastos operacionales en más de US$ 100 millones y hemos postergado las inversiones en aproximadamente US$ 280 millones, a fin de cuidar la caja y ser lo más responsables posibles para llegar de la mejor manera al 2021.

 

El año pasado fue uno de los mejores años de la compañía, con alrededor de US$ 170 millones de utilidad neta y casi US$ 400 millones de Ebitda. Eso nos ha permitido sostenernos en un año complejo. No obstante, nuestro objetivo es tratar de llegar a fin de año a una situación de equilibrio.

 

¿Cuál es la estrategia para volver a Petroperú más rentable?

Estamos en un trabajo bastante arduo de eficiencias a la interna de la compañía y eso tiene que ver con procesos y tecnología. Una de las cosas positivas que nos deja la pandemia es que hemos podido migrar a plataformas de tecnología que nos hacen las cosas mucho más ágiles.

 

La agilidad en una empresa tan grande como Petroperú ayuda a recorrer eficiencias. Parte de esas eficiencias son las reducciones de gasto operativo y las inversiones.

 

Entonces, vamos a seguir enfocados, primero, en sacar adelante nuestra Refinería, que está en el tramo final, para que sea la más moderna de la región. A su vez, estamos buscando tener un Petroperú más moderno y competitivo.

 

Recordemos que competimos con grandes jugadores transnacionales y necesitamos estar a la altura. Tenemos una participación de mercado bastante buena y debemos defenderla.

 

Por otro lado, estamos trabajando en una estrategia clara que tiene que ver con un cambio de imagen que pronto daremos a conocer.

 

En los últimos años se barajó la posibilidad de privatizar parte de Petroperú. En este contexto, ¿todavía se podría dar?

El término no sería privatizar. Siempre está abierta la posibilidad de incorporar capital privado a la compañía, pero para el 2021 es todavía muy prematuro hablar de ello.

 

Ahora la prioridad es tener a la Nueva Refinería Talara andando con los resultados que corresponden y tener a la compañía más moderna con una estructura mucho más eficiente, para que cuando salgamos al mercado, PetroPerú sea reconocida así.

 

¿Cómo va la política de sostenibilidad y responsabilidad social de la empresa?

En el contexto de la pandemia hemos reorientado las actividades y el esfuerzo de la gestión social, a través del apoyo a las autoridades sanitarias y la realización de actividades en beneficio de las poblaciones vulnerables en todas nuestras áreas de influencia. Ese ha sido el foco en los últimos seis meses.

 

En Talara vamos a entregar un hospital modular con 45 camas, 30 para pacientes moderados y 15 para UCI en casos de gravedad. Además, tendrá modernos equipos médicos, ventiladores, desfibriladores automáticos, electrocardiógrafos, entre otros, e incluso hemos donado una ambulancia.

 

Esperamos que esto esté listo para la quincena de octubre. Es importante señalar que el hospital va a estar a cargo de EsSalud para su operación y mantenimiento, el cual proveerá del personal técnico, así como los insumos y medicamentos.

 

Las comunidades son actores importantes no solo para el cuidado del Oleoducto Norperuano y las distintas operaciones que tiene Petroperú, sino que trabajamos de la mano con ellas para implementar estrategias de beneficio mutuo.

 

No hemos tenido atentados últimamente, sin embargo se han utilizado las Estaciones del Oleoducto para llamar la atención del Estado. Necesitamos una sostenibilidad social que nos permite operar y que esto redunde en la industria de hidrocarburos.