Alexandra Ames: «Hay una polarización de la sociedad en general»

Ya tenemos los resultados oficiales de las elecciones. ¿Qué nos espera esta segunda vuelta?

Lo que normalmente sucede en elecciones es que hay una polarización muy grande en la primera vuelta y en la segunda generalmente los candidatos tratan de pegarse un poco al centro para conquistar a sus electores, pero no estoy viendo eso en esta ocasión.

 

Creo, por lo tanto, que la polarización va ser mucho mayor que de costumbre porque, además, se trata de dos fuerzas políticas que están en ambos extremos. Ya la gente está polarizada mucho y, en lugar de que se pida consenso y que ambos candidatos se pongan un polo blanco para moverse más al centro, lo que se está produciendo es una polarización de la sociedad en general.

 

¿Qué tanto podrían conciliar estos dos candidatos para obtener el mayor voto?

Los candidatos electos para la segunda vuelta tienen que recordar y ser muy conscientes de que no han sido elegidos con un amplio nivel de votación. Es un desafío para ellos ver, justamente, cómo van a conquistar a ese 80% de la población electoral que no ha votado por ellos para la segunda vuelta.

 

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Entonces creo que debe haber una combinación de dos cosas. Por un lado, estas organizaciones políticas tienen que ver la forma de acercarse más y conquistar a ese 80% y, por otro lado, la misma sociedad debe pedir más respuestas ante las nuevas preguntas que se les debe hacer a estos candidatos en términos de propuestas de gobernabilidad, lucha contra la corrupción, reformas institucionales, etc.

¿Cómo ve los planes de gobierno de cada uno de ellos para los próximos cinco años?

Es bien curioso lo que ha pasado ahora. Justamente el plan de gobierno que más defendía la Constitución de 1993 es el de Keiko Fujimori, y el que más criticaba esta constitución y que pedía un cambio urgente y radical es el de Pedro Castillo. Entonces, sus planes de gobierno empiezan desde la primera página con una contradicción y distancia muy grande, con una dicotomía que los mantiene en dos polos totalmente diferentes.

 

Luego, más allá de ello, recordemos que Fuerza Popular no solamente es un partido político que propone un libre mercado en dejar hacer y dejar pasar, sino que plantea medidas de políticas sociales que a mi juicio son asistenciales, pero al fin y al cabo tiene un discurso popular para la población que necesita de una mayor presencia del Estado.

 

En esa línea, de alguna manera Keiko Fujimori podría desarrollar mayores estrategias para conquistar el sector electoral que no ha votado por ella, a diferencia de Pedro Castillo.

 

Esto no es tan sencillo porque si bien Keiko Fujimori puede tener también un discurso popular que llegue a los sectores D y E, lo cierto es que ella tiene un anti-voto muy grande y en los últimos cinco años el desempeño de la bancada de Fuerza Popular no ha sido el mejor y ha generado mucho más rechazo en la población electoral; y, evidentemente, Pedro Castillo tiene que trabajar para convencer a un grupo electoral que pide un cambio, pero no tan radical como él propone.

 

Es de izquierda radical y eso parece que cala más en la gente olvidada por el Estado.

Yo creo que esto el fruto del fracaso del proceso de descentralización. Se han distribuido responsabilidades, recursos, pero no se han descentralizado capacidades. Los niveles de ingresos de los gobiernos regionales y locales, en términos de presupuesto público, han crecido considerablemente en la última década, pero ellos no han sido capaces de transformarse e utilizar esos recursos en beneficio de las personas.

 

Para eso es necesario que se trabaje con un enfoque de cierre de brechas. El gobierno nacional ha cometido un error al mirar los indicadores a través del promedio nacional. Entonces, es urgente y necesario monitorear el avance en la calidad de las personas con una lupa territorial en donde se pueda diferenciar cómo van las comunidades amazónicas, rurales, andinas, el norte, la costa urbana a diferencia de la costa del sur, etc.

He visto muchos analistas sorprendidos el día de las elecciones por los resultados, comentaban que las regiones han hablado, pero lo cierto es que esas ciudades hablan cada cinco años y que no escuchemos no es una novedad.

 

¿Castillo y Fujimori tendrán la capacidad para convocar a los gremios?

Yo creo que Pedro Castillo está en la misma capacidad de hacer alianzas con gremios que Keiko Fujimori, pero no en el mismo tipo de agrupaciones. Tal vez Keiko pueda orientarse más a grandes asociaciones y empresas a diferencia de Pedro Castillo que puede ir a otros gremios más chiquitos, desorganizados y atomizados, pero que en términos individuales de personas y de electores constituye una mayoría, me refiero a emprendedores, transportistas, agricultores y sindicatos.

 

Recordemos que él tiene mucha experiencia. Se le ha visto liderando la marcha del Sutep y su discurso reivindicador, en un contexto de crisis económica, podría calar mucho en el sector informal.

 

¿Qué tanto podría concertar el nuevo gobierno con un Congreso fraccionado?

Es un desafío muy grande. Si antes ya teníamos problemas de gobernabilidad por fragmentación, la situación es mucho más crítica en este momento porque ahora son mucho más bancadas y se trata de actores nuevos que no necesariamente tienen destreza en el manejo político congresal, y que probablemente no tengan mucha experiencia en una militancia política.

 

No sabemos si respetarán a su propia bancada. Si antes sabíamos que ingresaba un número de bancada de manera formal, esto luego se reconfiguraba y se dividía. Ahora es probable que suceda algo así también pero en mayor proporción.

 

Por ello, es un gran desafío para quien entre, pero yo avizoraría esta búsqueda de consensos no solo en manos del próximo presidente del Perú, sino que el Congreso también hará lo propio para asegurar su gobernabilidad y no solo con la relación ejecutivo-legislativo…

 

Para no repetir lo ocurrido en estos últimos cinco años…

Creo que este es un tema pendiente, los políticos deberían entender que la ciudadanía reacciona frente a estos actos de desestabilización. Sin embargo, hemos visto cómo este Congreso ha intentado hacer una vacancia presidencial que por suerte no prosperó, pero eso es un indicador de que los congresistas no han aprendido nada.

 

Entonces, no veo con buenos ojos que este nuevo parlamento no vaya a usar este recurso de la vacancia para generar amenazas y temores al nuevo gobierno que ingrese.